¿Cómo se mide la eficiencia energética de una vivienda?

¿Cómo se mide la eficiencia energética de una vivienda?

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El certificado de eficiencia energética es obligatorio para aquellos inmuebles que se vayan a poner en alquiler o venta, pero… ¿de qué depende que una vivienda sea valorada con un letra E (menos eficiente) o A (muy eficiente)?

Para medir la eficiencia energética de un edificio se calcula la energía que consume éste anualmente en condiciones normales de uso y ocupación. Para ello, se tienen en cuenta todos los servicios utilizados de manera habitual para mantener la condiciones de confort  térmico y lumínico, la calidad del aire interior y cubrir las necesidades de sus habitantes (calefacción, agua caliente sanitaria, ventilación, iluminación, etc.).

A partir de estos datos, se obtienen unos valores finales de consumo de energía, medidos en kilovatios hora por metro cuadrado de vivienda (KWh/m2 año), y emisiones de CO2, en kilogramos de CO2 por metro cuadrado de vivienda (KgCO2/m2 año), que se corresponden con una letra de la escala de eficiencia energética.

¿Cuánta energía se puede ahorrar?

Pese a que es necesario realizar un estudio específico de la vivienda para evaluar el ahorro que se podría alcanzar con las distintas medidas, según el ‘Proyecto Rehenergía‘,  realizado por el Insituto Cerdá para estudiar el potencial de la rehabilitación energética del parque edificado, la aplicación de medidas de rehabilitación energética en edificios de viviendas puede suponer como media:

  • Ahorros del 5% al 20% en el consumo de energía
  • Disminuciones entre el 10% y el 30% en las emisiones de CO2 por edificio
  • Ahorros anuales en la factura de energía entre 500 y 2000 € por edificio

En el siguiente cuadro se muestra de manera pormenorizada los porcentajes de ahorro energético que se pueden alcanzar según el tipo de intervención que se haga. Así, vemos como intervenciones en las que Remica cuenta con una avalada experiencia como la instalación de paneles solares para conseguir agua caliente sanitaria pueden llegar a suponer una reducción del consumo de energía primaria de entre el 30% y el 70%. Asimismo, la elección de gas natural como fuente de energía para la calefacción puede suponer un ahorro de entre 11 y el 15% respecto al consumo total.

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Si deseas tener más información sobre este aspecto y conseguir que tu vivienda sea más eficiente, los expertos de Remica estarán a tu disposición para hacer un plan de ahorro energético a la medida de tus necesidades.

Fuente:  Renovar para consumir menos energía (Fenercom) 

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