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8 enero 2015, 9:00 am


¿Calefacción o climatización eficiente? Remica le da la mejor solución

Aunque en el lenguaje común los  términos “calefacción” y “climatización” eficiente son utilizados prácticamente de manera sinónima,  lo cierto es que corresponden a conceptos diferentes que merece la pena aclarar, sobre todo cuando se trata de planificar algún tipo de cambio en las instalaciones térmicas de nuestro hogar. Según el Reglamento de Instalaciones Térmicas (RITE) se consideran instalaciones térmicas las instalaciones fijas de climatización (calefacción, refrigeración y ventilación) y de producción de agua caliente sanitaria destinadas a atender la demanda de bienestar térmico e higiene de las personas.

Es decir que la calefacción forma parte del sistema de climatización y su función es calentar las viviendas o los edificios cuando hace frío. La climatización, en cambio, es un concepto  más amplio, que engloba además los sistemas de refrigeración y de ventilación. Una climatización eficiente, por tanto, conlleva la optimización de la instalación, y no únicamente del sistema de calefacción.

El  RITE define la climatización como “dar a un espacio cerrado las condiciones de temperatura, humedad relativa, calidad del aire y, a veces, también de presión, necesarias para el bienestar de las personas y/o la conservación de las cosas”. Entonces, ¿qué parte de la energía que pagan las familias se destina a cada cosa? En los hogares españoles se estima que la mayor parte del consumo se destina a la calefacción (un 47%); mientras que un 18,9% se destina a agua caliente sanitaria y un 0,8% a refrigeración [1].

Dado que casi un 67% de lo que las familias pagan por consumir energía corresponde a las instalaciones térmicas, mejorar en eficiencia energética gracias a una climatización eficiente es fundamental porque así pueden mantener – o, incluso, mejorar- el nivel de confort de los hogares pero consumiendo menos energía.

Para alcanzar la eficiencia energética hay dos factores fundamentales. Por un lado, los usuarios deben habituarse a tener hábitos sostenibles; por ejemplo, no mantener la calefacción encendida al máximo cuando la casa esté desocupada, o no cubrir los radiadores porque eso dificulta la transmisión de calor. Por otro lado, es necesario optimizar las instalaciones térmicas, de forma que se obtengan sistemas de calefacción y climatización eficientes.

No es una labor sencilla:  la demanda energética de las instalaciones térmicas  de cada vivienda depende de varios factores; el clima de la zona en el que esté ubicada, la orientación de la casa, el nivel de aislamiento, el grado de equipamiento o la utilización que hacen los usuarios de los equipos.

Por ello, es recomendable contactar con un equipo de expertos en eficiencia energética que puedan dar una respuesta adaptada a cada caso concreto. En Remica llevamos trabajando 30 años para proporcionar a nuestros clientes medidas de ahorro y eficiencia energética. Si lo desea, puede contactar con nosotros para que le podamos realizar una auditoría gratuita de las instalaciones de su comunidad por teléfono (91 396 03 00) o en la web www.remica.es

 

[1] Según datos extraídos del PROYECTO SECH-SPAHOUSEC. Análisis del consumo energético  del sector residencial en España

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